Este libro fue escrito para servir de manual para la Escuela de Líderes de la Municipalidad de Miraflores, donde se entrenaron varios cientos de serenos y funcionarios de dicho municipio.  El autor como coach de imagen del Dr. Manuel Masias O. Alcalde del distrito de Miraflores, con quien ya venía trabajando como Coach de Imagen desde su paso por el Congreso de la República como Tercer Vicepresidente desde el 2000, diseñó la primera Escuela de Líderes serenos del Perú, misma que luego replicó en Jesús María con menciones especiales por el CAD Ciudadanos al día en el Premio Buenas prácticas en gestión Pública.\r\n\r\nEn este libro se plasmaron las modernas técnicas en el entrenamiento de líderes personales basadas en Coaching y en una serie de conceptos de avanzada sobre los pilares del liderazgo y como genera éste confianza y empatía en las personas de su entorno. Este fue un libro que no estuvo a la venta ya que se entregó a cada participante de esa Escuela de líderes para su lectura sugerida como trabajo parte de su entrenamiento.

El libro toca diversos temas fundamentales divididos en capítulos como:

  • Estamos dormidos
  • Conecta con tu cuerpo
  • Paradigmas
  • Hacer algo diferente
  • No somos responsables de lo que nos sucedió
  • El plan del triunfador
  • Etiquetas y mandatos
  • El mundo de las percepciones
  • Auxilio de la Gestalt
  • Percepción y comunicación
  • De menos a más
  • Nosotros no cambiamos
  • ¡Soy un Líder aglutinador: integro mi entorno!

Entre otros.


Un extracto: “Estamos dormidos”

Los que triunfan en el mundo… se percataron de que los seres humanos vivimos dormidos y despertaron para triunfar.

Nos pasamos dormidos casi toda la vida. Sólo tenemos algunos momentos de vigilia. Nos pasamos viviendo la vida de manera inconsciente, en automático. Son muy pocos los momentos en que tenemos verdadera conciencia de nosotros mismos; por eso no podemos decidir lo que queremos para nosotros, cuando bien podríamos hacerlo. Al mismo tiempo, al no ser consientes de nosotros mismos, no somos consientes de los demás ni del mundo que nos rodea.

Más adelante veremos que cada cual podría decidir qué cosas quiere que le sucedan. No es magia. Ya lo entenderemos en su momento. Por ahora, veamos cómo es esto de que estamos dormidos y no tenemos conciencia de nosotros mismos ni, ni siquiera de nuestro cuerpo, mucho menos de nuestra mente y, peor aún, de nuestras emociones.

En otras palabras, casi no sabemos que existimos fuera de la rutina y que somos individuos y no rémoras que se encuentran adheridas al lomo de algo.

Estoy seguro que no puedes recordar ni siquiera un día completo de la semana pasada. Piensa un poco en el camino que haces todos los días de tu casa al colegio, universidad, trabajo, etcétera. ¿Recuerdas qué hay en las tres primeras cuadras? ¿Hay árboles? ¿De qué tipo? ¿Cuáles son los colores de las paredes? Las casas de tus vecinos, ¿tienen rejas o tienen cerco vivo? ¿Qué árboles tiene tu vecino? ¿Te has dado cuenta alguna vez de las miles y miles de escenas que todos los días se van proyectando delante de ti en tu corto o largo camino? Y peor aún si la pregunta fuese ¿Recuerdas a las personas que se cruzan contigo día tras día que las ves tus ojos mas no con tu corazón, a medida que transcurre el corto o largo camino hacia su destino.

¿Te has dado cuenta que esas miles de miles de escenas y miles de miles de Seres Humanos a su vez se concatenan con el infinito de vidas, tanto humanas como no, que nos han precedido desde el inicio de los tiempos?

La mejor muestra de que andas dormido, es cuando te das cuenta de que has llegado a tu casa del trabajo y te sorprendes ya que has hecho todo el camino sin ser consciente de que lo has transitado.  Has hecho lo que haces durante gran parte del día, estar ausente y accionar en forma mecánica mientras tu pensamiento está en otra parte.  

El hecho de haberte dado cuenta de este lapso, lejos de significar que es raro que tú los tengas, significa que el lapso en que fuiste consciente de ese tema, es el único momento en que estuviste despierto.

[…]

Para ser un triunfador y alcanzar el éxito tenemos que aprender a manejar estos mecanismos que nos permiten ser conscientes de nosotros mismos y estar presentes, de tal manera que podamos planificarlos.

Tenemos que estar atentos a nosotros mismos. Si somos capaces de ser conscientes y detectar nuestras potencialidades y las barreras impuestas por la superposición de gruesas costras del proceso de socialización, podremos alcanzar el éxito.