El más reciente libro escrito por Alejandro Pucci y es un manual de auto ayuda para todas aquellas personas que han elegido hacerse cargo de sus vidas, tomando las riendas de la misma dejando de lado su “ser víctima”, las formas de ser que NO le funcionan y re diseñarlas por formas de ser que SÍ le funcionan.

De una manera didáctica y siguiendo paso a paso las etapas que debemos transitar desde un ser que está a merced de sus circunstancias pensando que un ente mágico maneja los hilos de su vida a un líder parado en su ser responsable que se hace cargo de su vida, que alcanza sus metas, persigue sus sueños y vive la vida que vale la pena vivir.

El libro toca diversos temas fundamentales divididos en capítulos como:

  • La semilla del Liderazgo
  • Necesito despertar para triunfar
  • Me hago cargo de mi vida
  • Las actitudes son clave
  • Tú eres tus decisiones
  • Reconciliándome con el éxito
  • Puedo rediseñar mi vida
  • Creencias Dogmáticas
  • El proceso de expansión de tu Zona Cómoda
  • Qué te hace ser quien eres
  • ¡Yo soy exitoso!
  • ¡Soy el protagonista de mi vida!
  • ¡Arriesga! ¡Siempre arriesga!

Entre otros. Son 292 páginas de información indispensable para guiarte en el camino Rumbo al Éxito.

Lo puedes conseguir en librerías y en tiendas online. Si quieres comprarlo directamente del autor, envía un correo a libros@alejandropucci.com.


Un extracto: “Puedes programar tu mente para el éxito”

Como las actitudes no son otra cosa que la predisposición con que nosotros usamos Formas de Ser que nos funcionan o Formas de Ser que no nos funcionan para operar en nuestras vidas y con ese bagaje de herramientas enfrentamos las pequeñas y grandes decisiones que minuto a minuto vamos tomando en nuestra vida, el secreto y la clave está en trabajar en dicha predisposición. Imaginemos que la predisposición fuera un escudo: debemos analizar si enfrentamos las decisiones con un escudo de papel, de cuero, de lata o de acero. He citado como ejemplo el escudo —de manera intencional pero sin que ello signifique que necesariamente todos los estímulos con que somos bombardeados a cada instante son negativos— y, continuando con la misma analogía, sería una predisposición negativa que un caballero enfrentara a un enemigo con un escudo de papel, ¿no es cierto? Asimismo, sería muy negativo que un hombre o una mujer “enfrentara” a la enamorada o al enamorado en un momento amoroso con un escudo de acero, ¿no te parece? Ahora, cambiemos la palabra “escudo” por el término “Forma de Ser”. Por ejemplo, ¿nos funcionaría utilizar la Forma de Ser temeroso en un momento de crisis en el que necesitamos tomar acción para enfrentar o huir?, ¿para salvar nuestras vidas y la de la gente que nos rodea? ¿Está claro? 

La prueba más palpable de que el rediseño de actitudes funciona para generar pequeños o grandes cambios en nuestras vidas la tenemos en la inducción de actitudes para modificar nuestra conducta de consumidores como método manipulador de las voluntades que tiene mucho uso en las sociedades de producción y consumo y también en la política. Por ejemplo, se hacen estudios de las actitudes que suelen tener los consumidores de ciertos productos y haciendo Reingeniería inversa llegan a los paradigmas y creencias que generan esta actitud. A partir de ahí ya tienen pautado el camino hacia la conducta que buscan, la que lleva fácilmente al consumidor a tomar una actitud (necesitar un determinado producto o marca) y, como saben que el cerebro usa las actitudes como atajos para llegar a la biblioteca de experiencias, solo tienen que generar estímulos que hagan que el cerebro abra ese “cajón” especifico donde se encuentra esa experiencia determinada que generó ese paradigma y haciéndonos revivir esas emociones, pensamientos, sensaciones etc., llegan fácilmente a la actitud deseada y, finalmente, como consecuencia de esa actitud, obtienen la conducta que buscan.

Este es, sin duda, un ejemplo de una realidad de nuestra sociedad y que habla más sobre cómo somos capaces de generar rediseños de actitudes y cambios en los hábitos de consumo con fines personales o mezquinos de enriquecimiento o poder y menos sobre cómo generamos a través de ello cambios positivos en nuestras vidas. En este nivel y para estos fines con frecuencia se llega a sacrificar valores y principios humanos en aras de la libre empresa y el capitalismo ciego, sordo y mudo. La publicidad con la que diariamente nos bombardean los medios de comunicación que nos inducen a adquirir bienes y servicios que, en realidad, no necesitamos, no es otra cosa que la inducción en nosotros de actitudes consumistas que favorecen, principalmente, a empresas, industrias, entidades bancarias y demás organizaciones corporativas y políticas, en su mayoría exentas de sensibilidad social, pues sacrifican esta sin reparo ni escrúpulo, por el único y calculado objetivo de procurarse utilidades monetarias. 

Sin embargo, nosotros podemos usar el rediseño de nuestras propias actitudes y generar cambios en nuestros hábitos de vida para fines mucho más nobles y personales: para alcanzar todo lo que hemos soñado. Nosotros podemos programar nuestra mente para el éxito siguiendo el camino de nuestras actitudes. 

Si nuestras actitudes van a generar la conducta que va a hacer que lleguemos a la meta y tengamos éxito o que, por el contrario, nos paralicemos y sigamos siendo los eternos “señora y señor Casi”, entonces, siguiendo el camino de nuestras actitudes es que podremos anticipar nuestras conductas y, así, tomar decisiones conscientes y responsables.

Esta es la clave de nuestro trabajo: modificar la conducta a través de la anticipación de las actitudes que vamos a tomar. Vale decir, si tú estás despierto y has aprendido a analizar la predisposición con la que afrontas ciertas actitudes, estás en capacidad de anticipar dicha predisposición y, si estás suficientemente despierto, puedes cambiarla y, por tanto, cambiar tus actitudes por otras, más apropiadas, más productivas para ti, y que decantarán en conductas más adecuadas.