Tracemos la trayectoria política/balística y los posibles escenarios de impacto de un futuro no tan lejano y analicemos estos escenarios de impacto. En el proceso recopilaremos los datos necesarios para hacer un eficaz control de daños.
Obviamente, en este artículo no voy a hacer un despliegue de todos los datos que se analizan para un estudio de esta índole ya que a ustedes lectores les interesa sólo las conclusiones y no el proceso de recopilación de información e identificación de las dinámicas que nos llevaron a ellas.
En el caso del Presidente perseguido, sólo le quedan 3 posibilidades. Es interesante analizar quién o quiénes serán los responsables de que se dé una de esas 3 posibilidades y esto dependerá de cuán arrinconado contra la pared se sienta este personaje.
Los responsables de gatillar una de estas 3 posibilidades son las Instituciones políticas, las Instituciones judiciales y la sociedad civil, la que a su vez tiene vertientes diferentes que alimentan su percepción que luego decanta en actitud y conducta. Las vertientes más importantes serían: los medios de comunicación y, por supuesto, las redes sociales como los protagonistas de los últimos años, los mismos actores políticos que representan a las Instituciones políticas, y los jueces y fiscales que son los que les ponen la cereza a la crema final.
Pasemos entonces a analizar, en conclusiones más no en detalles, esas 3 posibilidades:
Posibilidad 1. El Presidente perseguido termina en la cárcel por acción de los jueces y fiscales quienes forman parte de la Institución Judicial y, al mismo tiempo, forman parte de los agentes de la persepción del ciudadano.
Este primer escenario de impacto se genera como acción de varias Instituciones, la recopilación de pruebas por el Congreso, los fiscales, los medios, declaraciones de testigos (sociedad civil), los que decantan en una investigación que termina traduciéndose en una acusación y posterior enjuiciamiento por parte de los jueces.
Este escenario, por obvias razones, es el que más le preocupa a ese personaje, el cual de sólo pensar que este escenario se pueda dar y que él pueda terminar con sus huesos en la cárcel, equivale a arrinconar a un animal salvaje contra la pared y pretender que éste no intente escapar mordiendo o matando.
Es este desenlace drástico el que más preocupa a nuestro personaje por lo que es él mismo quien puede gatillar las otras 2 posibilidades. Entiéndase que estos son sólo análisis de posibles escenarios de impacto y cómo se traducirían en la realidad política; sirven como elementos de trabajo y para determinar cuál sería su posible control de daños.
Posibilidad 2. El presidente perseguido se siente acorralado y decide dar un golpe de Estado, lo que para fines prácticos se produce cuando el poder político por medio de militares o a través de revuelta, motín, rebelión, revolución, o conmoción civil, se zurra en la Constitución y asume una dictadura que casi siempre comienza por desactivar el Congreso y el sistema judicial.
Este escenario es muy complicado para que se produzca por las repercusiones, tanto nacionales como internacionales y por las condiciones previas necesarias para que esto les funcione como ellos quieren y necesitan. Una de esas condiciones previas es un grupo de militares fanáticos con la causa y dispuestos a revertir totalmente el orden constitucional y eso hasta ahora no se tiene y si este presidente perseguido carece de causa, ese desenlace se ve poco probable. Entonces, sólo quedaría echar mano del descontento ciudadano a raíz de un olvido y desinterés por sus necesidades centenarios. Eso sería mucho más fácil ya que el caldo de cultivo del descontento y la desesperanza no solo está vivo, sino que se han visto exacerbados en los ultimos 2 años por la pandemia que enrrostró todas las carencias, falencias y, sobre todo, deficiencias y endémicas desigualdades entre los que más tienen y aquellos que no tienen nada.
En esto último hay algunos problemas que lo complicarían, primero, que parte de ese descontento también se refiere al accionar, o, mejor dicho, el no accionar de ese presidente perseguido y, como consecuencia de ello, se le dificultaría el poder convocar a una cantidad de ciudadanos necesaria para dar el golpe. Por el otro lado, aquellos que defienden la constitucionalidad de la democracia no son mancos y también pueden convocar su gente a las calles, lo que exacerbaría la convulsión social que ya lleva gestándose unos meses y que puede terminar en guerra civil y, por supuesto, eso haría que los militares patriotas intervengan, junto con la policía, los que terminarían poniendo el orden a todo nivel.
Posibilidad 3. El presidente perseguido termina asilándose en un país amigo suyo, cosa que sería la más probable y la menos traumática midiendo las consecuencias de las otras dos posibilidades.
Este terminaría siendo el escenario que más posibilidades tienen para evitar, desde el punto de vista del presidente perseguido, la cárcel y un golpe fallido o que al final termine empeorando más su situación legal.
Para que este escenario se dé, se requiere tener en primer lugar un lobista que sea capaz de moverse entre las embajadas amigas suyas y, en segundo lugar, por supuesto, tener embajadas amigas suyas que estén dispuestas a asilar al presidente perseguido. En ambos casos, hay embajadores dispuestos a hacer el lobby y embajadas mucho más que dispuestas para que esto se dé.
En mis más de 32 años como Coach Consultor en campañas políticas, si hay algo que he aprendido profundamente y lo digo por experiencia más que por teoría, es que en política no se gana… se pierde. Me explico. ¿Quiénes son los ganadores en la política? Remontémosnos a los pasados 20 años y veamos aquellos que ganaron elecciones, por ejemplo. ¿Acaso fueron siempre los más capaces, los más preparados, los que tenían más experiencia? ¡No! La mayoría de las veces quien gana es el que menos errores ha cometido y es por eso que en el caso de las campañas políticas yo siempre les digo a mis clientes: “Yo no voy a hacer que gane la campaña; voy a evitar que la pierda.”
Lo mismo se aplica al caso de este artículo. Fueron los errores de los otros políticos los que propiciaron la llegada al poder de ese personaje que terminó siendo el presidente perseguido y serán sus errores los que van a propiciar su caída también…
Como pueden apreciar, en política el que menos errores comete es el que se lleva el Premio Mayor.
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